La Yamaha T-Max Ironmax con 1000 vueltas

El T-Max, el scooter deportivo de la marca, se renueva en 2015 con una versión Ironmax. Para esta edición, las tapas de la horquilla invertida y la pinza están chapadas en oro, se han colocado estriberas de aluminio en la parte delantera y el asiento es muy lujoso, con costuras y una funda con bastante clase. ¿Deseas una moto de ocasión a un precio increíble? No lo dudes… encuentra tu moto segunda mano en concesionario Crestanevada.

El carenado de la edición 2015 se ha rediseñado, los faros son LED con luces en forma de L invertida para un aspecto agresivo. La llave es ahora una caja RFID, pero si no la necesitas para arrancar el coche o abrir el asiento, sigue siendo útil para abrir el bolsillo y el tapón del depósito, situados bajo una trampilla delante del asiento.

Debajo del manillar hay un botón para abrir el asiento, bloquear el manillar o apagar el scooter. O no entiendes como funciona, o es caprichoso, intentamos bloquear el manillar más de una vez sin conseguirlo, no muy bien, supongo. En el lado derecho del delantal hay un bolsillo con llave, no muy ancho pero lo bastante profundo para guardar las llaves o un disco. En el otro lado, hay una toma de 12V bajo una cubierta de goma, no la más fácil de quitar.

El salpicadero sigue siendo analógico, con el velocímetro a la derecha y un cuentarrevoluciones a la izquierda, que sigue siendo inútil porque no hay embrague. En el centro, una pantalla LCD muestra mucha información, como la hora, el manómetro, la temperatura de refrigeración, los trayectos, pero también el consumo medio e instantáneo. Es una pena, sin embargo, que tengas que pulsar los botones a ambos lados de la pantalla para cambiar la información, no nos hubiera importado un mando en el manillar.

Ya que hablamos de quejas, el espacio bajo el asiento es generoso, pero no pudimos meter ahí nuestro modulable HJC. Cabe en el maletero pero no podemos cerrar el asiento. Para poner a prueba este T-max, su motor y su chasis, qué mejor que llevarlo a las 1000 curvas de Flémalle. Tras una hora en la autopista, partimos hacia unos 250 km de carreteras sinuosas.

Por supuesto, ya veíamos sonrisas en nuestros rostros al comienzo de La Louvière, pero no estábamos realmente preocupados. El bicilíndrico en línea de la T-max sigue desarrollando 46 CV a 6.750 rpm y 52,3 Nm de par a 5.250 rpm. Nuestro scooter está equipado con un silenciador Akrapovic, por lo que incluso deberíamos ganar algunos caballos más. Pero que frustrante es tener un Akra y no tener embrague…. ¿No ves la conexión? ¿Cómo le darás voz en el primer túnel? Ah, sí, no muy bien, pero los que no lo hayáis hecho nunca quizá deberíais revisar vuestro pequeño manual de motero.

Como resultado, se puede conducir a 120 km/h sin forzarlo (aún queda una buena cantidad bajo el mango) y como extra se puede seguir sonriendo al ver el consumo de combustible de sólo 4,5 l/100 a esta velocidad. Sin embargo, habríamos apreciado una burbuja ligeramente más protectora.

Por sorprendente que parezca, el T-Max es fácil de cambiar de una curva a otra. Sólo hay que gestionar bien la velocidad para mantener un buen ritmo y volver a arrancar al final de la curva. Está lejos de ser un roadster o un deportivo, pero puedes seguir al grupo sin demasiados problemas, como verás en el vídeo. La aceleración es bastante buena, pero tampoco te quedas pegado al respaldo, lo cual es tranquilizador, aunque más que suficiente para disfrutar del viaje. Ya lo verás en el vídeo, no hay problema para seguir.

El asiento es cómodo, puedes poner los pies en la parte delantera de la moto sobre las placas de aluminio pero en los giros más pequeños probablemente mantendrás los pies en el suelo para tener un poco más de apoyo, cuestión de gustos en realidad. La protección contra el viento es satisfactoria, sólo el casco toma un poco en la parte superior de la visera. Es molesto, pensábamos que disfrutaríamos de nuestro modulable circulando con la mentonera levantada pero cuando salimos de la ciudad, rápidamente se vuelve desagradable.

La autonomía es más que suficiente, después de 210 kms, sólo hemos repuesto 8,5 litros de los 15 que tiene el depósito. La protección contra la lluvia y el viento es eficaz, aunque probablemente optaríamos por una burbuja más touring a riesgo de aumentar el consumo. El asiento es cómodo y la posición relajada.

La nueva horquilla invertida también contribuye al confort y a la manejabilidad. No aplasta demasiado al frenar y proporciona al T-Max una manejabilidad ejemplar en curvas (mejor para la conducción). Las suspensiones garantizan una amortiguación bienvenida en carreteras en mal estado, aunque no conviene pasarse.

Los espacios de almacenamiento podrían haber sido más amplios y, ya que estamos, se agradecería un salpicadero más moderno. Sin duda está completo pero sería interesante un mando en el manillar por ejemplo.

Vendida a 11.490 euros, es obviamente cara en comparación con una moto, pero también ofrece otras ventajas. Además de la eficaz protección incluso para circular en invierno, dispone de un espacio de almacenamiento que una moto no tiene, aunque otros scooters GT lo harán mejor en este punto. Donde la T-max marcará la diferencia es en sus prestaciones, con su chispeante motor y su chasis más bien deportivo, te permitirá divertirte de verdad sobre ella.