Aunque normalmente las ventas a clientes corporativos, distritos escolares y otras entidades no consumidoras han sido la especialidad de empresas de servicios alimentarios, el crecimiento del comercio electrónico ha nivelado el campo de juego competitivo, lo que ha permitido a las empresas de este sector orientar sus libros de jugadas digitales hacia un nuevo conjunto de clientes empresariales. Esto se debe a que la digitalización y los portales en línea han hecho que todo, incluidos los precios, sea más transparente, facilitando y haciendo posible que los pedidos se realicen con un clic en lugar de tener que llamar a alguien cada vez que se hace un pedido.
Sin embargo, para aprovechar mejor esta oportunidad, las empresas de este sector necesitan actualizaciones operativas. Por ejemplo, sus clientes querrán ahora tamaños de envase más grandes. Además, las empresas también deben incorporar tecnologías y operaciones que permitan a sus compradores disponer de un portal de compras dedicado a este tipo de pedidos cuyo procesamiento de pagos les permita pagar mediante factura mensual en lugar de por pedido.
Para desarrollar y mantener mejor las relaciones B2B, las empresas de este sector también deben contratar equipos de ventas especializados que puedan presentar el servicio, negociar las condiciones y gestionar las relaciones. La recompensa de estos tratos será en forma de pedidos grandes y fiables que también serán rentables para su empresa.
Para que no haya confusión ni caos entre los distintos departamentos, e incluso a la hora de llevar la contabilidad de la empresa, etc., es imprescindible disponer de un portal que registre todos los datos de las conversaciones, los acuerdos y el movimiento de las ventas. Un portal de este tipo también debe ser capaz de ofrecer análisis y perspectivas para estos clientes, permitiéndole sacar el máximo partido de las oportunidades venideras al tiempo que mitiga al máximo las amenazas. El sistema ERP o un TPV para supermercados es una respuesta a todas estas necesidades.